EL AUTOR

Luis Quiñones Cervantes (Madrid, 1977). Licenciado en Filología Española por la Universidad Autónoma de Madrid, y profesor de Lengua y Literatura desde 2002. Siempre quiso escribir: lleva un cuaderno donde anota palabras o donde reseña a trazos la realidad desde sus vértices poéticos. Poeta ocasional, lector apasionado y novelista, construye su Autobiografía por escribir desde 2006, blog en el que se va mezclando el recuerdo, la opinión y la reflexión literaria. Apuesta por la ciudadanía crítica y es autor de cuatro novelas, El retrato de Sophie Hoffman  (2008), Los papeles de Madrid (2013, 2ªed.-2014), Un hombre detrás de la lluvia (2015) y la que quizás es su novela más ambiciosa, Crónica del último invierno (2018, 2ªed.-2023). Con esta novela ambientada en los barrios de Madrid durante la Transición, obtiene el reconocimiento de ser Finalista del Premio de la Crítica de Madrid 2019. Ha escrito también artículos y poemas que han sido publicados en diversos medios. Actualmente, escribe periódicamente sus Diez Líneas, y participa como divulgador en el popular programa de podcasting radiofónico de contenidos culturales El Abrazo del Oso.

Su última obra publicada es un ensayo sobre literatura, titulado La oveja negra que devoró el manual de literatura (2021), en realidad, un manifiesto a favor de los libros y de la palabra escrita como únicas formas válidas de rebeldía en estos tiempos de precariedad. 

Desde el años 2022 pertenece a la Asociación de Escritores en Rivas, colaborando en la prensa local del municipio. Junto con otros autores de este colectivo, ha participado en la publicación Rivas, esas historias desconocidas (2023). 


SU OTRO YO. LA VOZ QUE NARRA

"Me gusta que los lectores reconstruyan lo que narro. La poesía o las novelas son juegos en los que quien lee tiene que ganar la partida con inteligencia y sensibilidad. La literatura forma parte de mi cotidiana experiencia: el recuerdo y la memoria, la historia, la crítica al poder y a su ejercicio, la imaginación y las emociones. Todo ello debe borrar la idea de los viejos géneros literarios. Creo que los géneros no existen si no es para mezclarlos, para hacerlos desaparecer, para que la novela o la poesía sean un ir y venir, cuyos límites se van difuminando, como ocurre entre mi otro yo y la voz que lo narra". 

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